Pequeñas y cómodas rutas de senderismo, en las que practicar un poco de ejercicio y descubrir la cultura, el arte y la naturaleza...

LA RUTA DEL PUENTE DE LOS DIABLOS

La Mata de Ledesma, 25 de Marzo de 2012

La ausencia casi completa de lluvias este invierno, está llevando a nuestros campos a una situación cercana al desastre. Las siembras de cereales de otoño-invierno (cebada, trigo, avena,..) se han perdido o se encuentran seriamente mermadas. La falta de pastos está llevando al sector ganadero a una situación muy delicada al tener que recurrir -para la alimentación del ganado- al forraje y los piensos, con un aumento de los costos difícil de asumir en estos tiempos. El sector de regadío acusará la falta de agua embalsada con los consiguientes peligros de restricciones, aumento del precio y pérdida de calidad del agua para riego. Por si fuera poco el peligro de plagas, enfermedades e incendios ha aumentado significativamente.
El caminante también sufre la sequia: la pérdida de belleza del paisaje, la flora agostada, la fauna salvaje en peligro, los cauces secos, los chorros que no fluyen …


En la Mata de Ledesma (Pozos del Mondar, la Porqueriza) discurren varios arroyos que en esta época del año debían fluir sin dificultad, sin embargo solo encontramos su cauce salpicado de grandes charcas y alguna zona embarrada, insuficiente para ver en todo su “esplendor” las construcciones de arquitectura popular que nos proponemos visitar: LAS PUENTES.

La arquitectura popular surge como una respuesta funcional y permanente a una necesidad ambiental. Eminentemente rural, con mínima injerencia en el medio; realizada con bajo costo económico y con los materiales que el entorno ofrece. Arquitectura sencilla, sin adornos, sin apenas herramientas y  realizada por gentes sin formación en construcción; para el uso familiar o de pequeñas comunidades. Todavía hoy podemos encontrar muchas muestras de este tipo de arquitectura en nuestros campos: casas, chozos, cobertizos, terrazas, muros, bancos, poyos,… y, cómo no, puentes.
La palabra “puente” en castellano pertenece a ese tipo de nombres ambiguos que admiten el género masculino y femenino (quedando, en este caso, el femenino anticuado) y aunque oficialmente no se aprecia una variación ostensible en el significado entre los géneros, se viene adoptando el femenino -la puente- para referirse a los puentes realizados por la arquitectura popular e incluso por la naturaleza. La palabra puente (pons, -tis) ofrece una extensísima  riqueza de derivados : pontón, puentecilla, puentezuela o pontezuela, pontana, pontanilla e incluso ponto, barca de paso empleada donde no hay puentes; y esto solo refiriéndonos a palabras con el mismo significado. Etimológicamente su significado se enreda con el de  palabras derivadas del griego (pontos, “mar”), con la que comparte una raíz del indoeuropeo con el significado de “camino”.
La estructura básica de una puente consiste en una serie de pilares, constituidos por una o varias piedras, unidos entre sí por grandes lascas de roca; en otros casos, en vez de lascas, se utilizan tablones de madera formando lo que se denomina un “pontón”; en la mayoría de los casos el tiempo ha hecho desaparecer la madera y nos hace imposible distinguirlos de un “pasil”, término con el que se denomina a un conjunto de piedras que colocadas en el cauce permiten cruzar el río saltando de una a otra.


Iniciamos el recorrido en La Mata de Ledesma. A través de un amplio camino de concentración parcelaria, descendemos suavemente -entre campos de cereal salpicados por solitarias encinas- hasta alcanzar el arroyo de la Rivera Chica. A pesar de la sequía, en la charcas supervivientes, observamos la presencia de aves acuáticas y cigüeñas. El curso ascendente del arroyo nos asombra con un hermosísimo bosque de encinas de geografía suavemente oscilante y por el que, a intervalos, asoman inquietantes rocas graníticas. El paisaje invita a la contemplación y al descanso: a sacar la manta y la tortilla; no bastando la imaginación para averiguar cómo se mostraría si la climatología hubiese sido más benigna.


En este entorno tropezamos con la primera construcción de arquitectura popular fluvial: una hilera de piedras semienterradas en el cauce seco del arroyo, nada nos indica si se trata de un pontón o de un pasil. Lo que si constatamos es su absoluta inutilidad en ese momento y para aliviar el pesar, sonreímos al imaginar a una vaca cruzando el arroyo saltando de piedra en piedra.


Unos cientos de metros más arriba, encontramos la solución para la vaca, una sólida puente que nos permite el paso seguro sobre un imaginario arroyo. ¡Quizás a la vaca no le parecería tan seguro!


A pesar de la falta de agua, el entorno continúa siendo espléndido y sobre el curso seco volvemos a encontrar otra hilera de piedras, tan carente de agua como la anterior.

Solo unos metros más y llegamos al puente de las Brujas o del Diablo, un puente medieval que no parece conducir a ninguna parte. Es esta incertidumbre en su origen la que, al igual que en otros muchos puentes de España, da pie a sus nombres,  otorgándole un origen exotérico que, sin duda, no tiene; en otros tiempos, aunque la memoria histórica no lo certifique (¿?), formó parte de un camino.


Abandonamos el encinar sobre los mismos pasos que no introdujeron en él y rumbo este-noreste, descendiendo el curso del arroyo, nos encaminamos hacía Pozos del Mondar. El paisaje retorna a campos de herbáceos, puramente mesetarios. Nada indica sobresaltos.



Y allí, al pie de Pozos,  “la madre de toda las puentes”, “la catedral de las puentes”, el más hermoso de ejemplar de puente popular (al menos esa es su posición en nuestro ranking particular de puentes de arquitectura popular). Hasta sus pilares, constituidos por multitud de piedras, parecen conformar tajamares aguas arriba. Y a pesar de tanta compostura, como sus compañeros de oficio, huérfano de agua.

Regresamos a La Mata de Ledesma por un camino de concentración, deseando las lluvias que alivien esta penosa situación de sequía.


SENDA
Camino agrícola y senda rural. Sin ninguna señalización. De unos 8 km ida y vuelta. Fácil de realizar incluso en bicicleta. Suponemos que en tiempos más húmedos sería preciso calzado de agua. Conviene señalar que algunas construcciones y puente del Diablo se encuentran en propiedad privada.

ENLACES:
Folleto de la ruta, Ayuntamiento de Ledesma
Track de la ruta en wikiloc

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