Pequeñas y cómodas rutas de senderismo, en las que practicar un poco de ejercicio y descubrir la cultura, el arte y la naturaleza...

EL CAMINO DE LA BARCA (VILVESTRE)

Vilvestre, 1 de julio de 2012


Un paseo por los bancales de Las Arribes del Duero

La erosión del agua, actuando durante colosales periodos de tiempo  sobre las fallas y fracturas del sustrato rocoso, ha dado lugar a los profundos y estrechos cañones graníticos y valles encajados, de paredes considerablemente verticales, con que se remata la penillanura de Salamanca y Zamora.  Esta particular orografía proporciona, a Las Arribes del Duero,  un microclima de tipo mediterráneo, con  inviernos suaves y cortos, con escasez de heladas, y los veranos largos y cálidos, por lo que alberga una flora y una fauna singular.


Para el aprovechamiento de estas condiciones climáticas, y como complemento a la explotación agrícola de cultivos de cereales  y de pastizales de la penillanura, se generalizó hacia el  siglo XVI, en las laderas en pendiente,  el cultivo en bancales. Los suelos, escasamente fértiles, basaban su productividad en el duro trabajo de los habitantes de la zona.

 Hoy en día estos bancales se encuentran en un avanzado proceso de abandono, pero aún proporcionan uno de los rasgos más característicos del paisaje de Las Arribes del Duero: cultivos típicamente mediterráneos como son olivos, naranjos, limoneros y almendros fundidos con el paisaje natural.


Vilvestre nos proporciona este magnífico paseo, a través de una de estas laderas de bancales,  que nos conducirá desde el núcleo urbano hasta la misma orilla del Duero.


El descenso se inicia con unos cientos de metros sobre la carretera VLV-424, trazada sobre el antiguo camino de Vilvestre a La Barca; hasta adentrarnos por un sendero, toscamente empedrado, que serpentea entre los paredones de piedras que conforman los bancales o “cotos” en donde se cultivan almendros y olivos. Las encinas que jalonan el sendero van dejando paso, a medida que descendemos, a los enebros y aún más abajo a las chumberas, almeces  y matorrales. El paisaje bravío nos presenta laderas con bancales, roquedos, arboles y matorrales, hasta que en su vientre se vislumbra el rio que absorbe paulatinamente toda la atención.



Un nuevo tramo de la VLV-424 nos conduce, definitivamente, hasta el  embarcadero de Vilvestre situado en la zona recreo de La Barca dotada de merendero y refugio municipal.


El  gran remanso, que produce el reculaje del embalse de Saucelle,  parece querer unir su azul con el del cielo, del que solo le separa la cenefa decorativa de las bruscas laderas. Lugar de ensueño y paz,  muy alejado de la belleza vertiginosa de otros parajes de Las Arribes. Lugar del que no queremos marchar, aunque solo sea, por no iniciar un empinado regreso que se nos antoja severo.

Para mitigar la dureza del retorno (pocos senderos de Las Arribes son dóciles debido a la naturaleza de su orografía), decidimos realizarlo por la carretera. Varias son las paradas, en puntos de interés, que contribuyen a suavizar el camino: El molino aceitero de abajo, el puente El Puerto (sobre el Arroyo de los Lagares) y el Mirador del Reventón de la Barca (desde el que podemos observar la zona por donde hemos descendido a La Barca, otear Freixo y otros lugares de interés como Montegudín).











Senda
Ruta sin señalizar, aunque en algunos puntos se observan señales blancas y amarillas sin continuidad, de unos 9 km de ida y vuelta. Trascurre, gran parte, por carretera y los bancales se descienden por un sendero rústicamente empedrado y de tierra.  Bonito sendero que nos permite observar la estructura del cultivo en bancales y el hermoso ensanche del Duero a su paso por Vilvestre. Es recomendable no hacer esta ruta en verano debido a las altas temperaturas de la zona y a la ausencia de sombras.
Vilvestre es un bonito pueblo que ofrece otros muchos puntos de interés: Monumentos, Miradores sobre el Duero, diversas rutas de senderismo, etc.


Enlaces:
Web del Ayuntamiento de Vilvestre
Patrimonio Natural de Castilla y León
Track del sendero

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